Entrevista a Shirley Trevena: El permiso creativo, ante todo

Entrevista a Shirley Trevena para Revista Desde Acá

EL PERMISO CREATIVO, ANTE TODO

Por Kira Mamontoff

Podría decirse que su obra es vibrante, audaz y al mismo tiempo representa un espacio donde belleza y armonía fluyen con naturalidad. Shirley Trevena es una acuarelista inglesa que se atrevió a pintar abstracciones rasgadas con cepillos o frutas que salen caprichosamente de una fuente para fundirse en un mantel donde la mancha creciente se mezcla con minas de lápiz recién lijadas. Esa misma audacia es la que también la llevó a dejar un trabajo bien remunerado para dedicarse tiempo completo a la acuarela sin haber tenido nunca una formación formal.

No asistí a ninguna carrera de arte, y creo que, de haber asistido, hubiera terminado dejando las artes plásticas para dedicarme al diseño de muebles, asegura.

Conocida por su tendencia a desafiar las reglas de la técnica en un país donde solía regir la directriz de la sutil transparencia basada en una paleta limitada dedicada principalmente a los paisajes británicos, Shirley Trevena refrescó la historia salpicándola de aires de libertad.

Luego de muchos años de trabajar en una oficina, recibiría un regalo que cambiaría su vida. Me fui de vacaciones con mi esposo y el clima era malo. Mucho no nos sorprendió porque estábamos en Inglaterra, entonces mi marido me compró una caja de acuarelas y unas hojas. Me dediqué a crear. Cuando volví a casa, las exhibí y participé de un concurso obteniendo un premio. Desde ese momento supe que quería dedicarme seriamente a la pintura y decidí renunciar a mi trabajo.

No sólo desarrolló un estilo personal que la llevó a obtener varios reconocimientos relacionados a la innovación de la técnica, sino que también es autora de cuatro libros entre los que se encuentran ¨Desafiando las reglas de la acuarela¨ y ¨Rompiendo las reglas de la acuarela¨.

Es miembro del Royal Institute of Painters in Watercolors desde 1994, finalista de la Competencia Mundial de Acuarela en 2014, ganadora del prestigioso premio Windsor and Newton en dos oportunidades (1994 y 2017) y del Llewellen Prize en 2007.

Cuando dejé mi trabajo tenía que hacer algo para ganar dinero. Cuando aprendí a pintar acuarelas por mis propios medios, me di cuenta de que había muchas personas interesadas en aprender la técnica de manera despojada y sin reglas. Sabía que podía guiarlos por ese camino. Confieso que no disfruté la enseñanza tanto como la pintura. Resolver pinturas y ejercicios en clase con otros artistas puede resultar ser bastante cansador.

INSPIRACIÓN

Su estilo serpentea entre la inusual perspectiva de sus composiciones, el uso de colores vibrantes y la espontaneidad como uno de sus aliados principales. Celebra los gloriosos accidentes que fluyen en sus obras transformándolos en hermosos recursos. Así es como las aureolas, o coliflores (como ella los llama) resultan ser un medio fantástico para dar luz o textura.

En acrílico no hay una regla que dice que no se puede usar negro. Decidí obviar las reglas del uso del color en acuarela. La reina Victoria, quien era una gran acuarelista, produjo muchos trabajos hermosos, pero me hubiera encantado tenerla de alumna en mi taller, para incitarla a pintar árboles azules con toques rosas, escribe en uno de sus libros.

Su faceta experimental la condujo a desarrollar un estilo admirable que brilla con soltura, desestructuración y fabulosas mezclas de color. Sus naturalezas muertas están dotadas de detalles rasgados con peines, cepillos de dientes, y hasta esponjas. Asimismo, existen guiños constantes que la artista le proporciona a la técnica. Hay arrojo, improvisación y al mismo tiempo una profunda comprensión del idioma que hablan agua y color.

Mis naturalezas muertas provienen del amor y el afecto que tengo por las pequeñas cosas que nos rodean cotidianamente y que muchas veces damos por sentadas. Puede ser un simple cuenco azul con un fondo naranja. Los detalles excitantes están en todos lados. Sólo hay que detenerse a observar.

 Los cambios creativos que aprendió a cultivar también afloraron en pandemia. Con el Covid y la cuarentena tuve tiempo para experimentar sin pensar en que debía responder a un estilo propio ya catalogado o a cierto tipo de composiciones esperadas. Logré dejar todo eso de lado. Me sentí libre para pintar cualquier cosa de cualquier modo. Me di la oportunidad de pintar paisajes, abstracciones y hasta hacer dibujos que vendí exitosamente a través de mi página web, ganando seguidores que apoyan este nuevo estilo adquirido.

 

PROCESO CREATIVO

Con respecto al proceso creativo, admite tener una relación amor-odio con la pintura. Preferiría hacer cualquier otra cosa antes que pintar. Limpio el horno, hago listas e inclusive me dedico a planchar antes de encarar la hoja en blanco, pero una vez que arranco, me zambullo en mi propio mundo. Me abstraigo de todo y vivo la creatividad con esa contradicción. Me cuesta empezar, pero una vez que hago mis primeras marcas, me cuesta dejar de pintar.

Construyó una extensión en su casa que oficia de estudio, un espacio propio que la habilita a pintar hasta en las horas más extrañas. Suele escuchar música cuando pinta, especialmente jazz.

Tengo curiosidad por todo lo que miro y siempre estoy trabajando en mi cabeza. Mi mamá también tenía esa curiosidad, tal es así que a los noventa años le ayudé a cumplir el sueño de volar en helicóptero porque deseaba ver el mundo desde arriba.

 

¿Qué sucede si el trabajo que estás pintando no convence?

Si la acuarela que estoy pintando no me convence, la miro frente al espejo o de cabeza para obtener diferentes puntos de vista. Luego suelo dejarla a un lado por uno o dos días. No puedo empezar una pintura nueva hasta que no termine la que estoy pintando. Si estoy muy desesperada, le hago unas pinceladas encima. Eso me hace sentir un poco más feliz y de ese modo continúo pintando.

 

¿Cómo saber si una obra está terminada?

Esta pregunta solía ser bastante usual entre mis alumnos. Es muy difícil explicar el sentimiento que tengo cuando sé que una acuarela está terminada. Por lo general cada obra me lleva dos o tres semanas y durante los últimos días me dedico a observar de cerca cada decisión tomada como revisión. Esto puede llevarme a intensificar algún color, agregar siluetas o suavizar bordes. Después de hacer eso, dejo la pintura en diferentes rincones de la casa para mirarla repentinamente por unos segundos que me dirán si está terminada. Luego me relajo y la guardo.

Hay que recordar que trabajar de más y no parar a tiempo, puede ser destructivo.

 

¿Cómo definirías a un artista?

Mi definición de artista visual está enlazada a la cita de otro artista que amo: David Hockney. ¨El momento en que uno se embarca en la búsqueda de la belleza, entiende que se ha convertido en artista. ¨

 

Lo cierto es que belleza o la valoración de sus obras, como suele suceder en arte, termina siendo un punto subjetivo y por ende, discutible. Lo que no está en duda es que Shirley Trevena es una persona que se dio permiso para crear dejando los miedos de lado, desarrollando un estilo propio que aun hoy, a sus 80 años, continúa cultivando. De ese intento surge el éxito, pero más importante aún, afloran el goce del proceso mismo y el continuo desafío de cuestionar lo impuesto.