La Casa de las Luciérnagas, nuevo libro de Rosa Cedrón

La puerta está cerrada pero las ventanas no. Perfuma una flor nocturna, una magnolia, con su ojo de fantasma.
Las luciérnagas entran y salen, iluminan pequeños rincones donde habitan el ángel, la escarcha y el viento que baja de los pinos persiguiendo una blusa blanca.
Es una casa hecha de ruegos y piedritas negras, en una calle de Marte.
Rosita ha sentado a la Belleza en sus rodillas; esconde el sol en una mano y en la otra un cardo. Canta la madre y asoma la luna su cabeza calva.
Canta del agua buena, lluvia, rocío, estanque o charco y del pajarito de la felicidad que pasa tan rápido. Para los amigos siempre habrá el fuego de las palabras.
Camet es el fundo fantástico de una infancia; París el viaje al fin de qué noche.
Rascando saldrá el Dios de la guitarra del hermano.
La rapidez del loco es la certeza de la planta.
Y un libro, qué es, sino la sombra con su eclipse de oro sobre un cuerpo que tiembla y el amor de Mario.
Rosa Elisa Cedrón nació en Camet en 1949 y es la hermana menor y única mujer de una familia de artistas. Vivió algunos años en París, estudió Arte en la educación y comenzó a escribir a los 14 años. Sus poemas circularon en varias publicaciones de Argentina y España. En 2018 apareció Luzamor en ediciones La Musaranga.

 

Acuático
Océano triste abuelo
te hemos abandonado
un fuego inmenso consumió nuestra ira
como Bestia Espiritual
tu hija cisne se ha agitado
monstruos gigantes del pensamiento me habitaron
comí del jugo prohibido de mi madre
me maldijo
y nací.
***
Al alba me levanto
miro la ventana
en el rincón de la oración
un pájaro me está esperando.
***
Soy el árbol
cuyas raíces miran
al cielo
Soy la tierra cuando aparece
la luna.
***
Ahora tengo esto
y no tengo otra cosa que esto
Pureza del manantial.