Tercer premio Convocatoria de Primavera – Microficción
por Lila Lahitte
Sentado en mi única platea mis ojos la esperaban. De pronto las luces se encendieron y comenzó su danza monótona. Giraba y no dejaba de girar altiva, soberbia, con su brazo en jarra. Irradiaba calor interior sobre el plató. Giraba sin marearse, ni inmutarse. Mi ansiedad pedía adelantar el tiempo, pero el programa ya estaba establecido. ¡Eterna espera!
Los minutos pasaban lentos, mas su ritmo era constante.
Tal vez dos vueltas más -pensé.
Sonaron cinco timbres. El escenario oscureció… Me acerqué, la tomé del brazo, cerré el microondas y al fin pude degustar mi taza de café. –