Apostillas a “Spinetta: anhelo de una lírica”

Orfismo curativo

por Daniel Oronó

Si bien ya me referí a la analogía spinetteana del “durazno sangrando” con el mito de Orfeo  según la versión del poeta latino Virgilio -en mi libro Spinetta: anhelo de una lírica capítulo X;apartado: <La fábula, lírico entorno a la idea del sacrificio (pág. 168) -, extiendo ahora esta vinculante presencia mítica a una de las aspiraciones de Spinetta para con su música: su finalidad curativa.

Si bien la leyenda de Orfeo es remota, intrincada, rica y diversa, es claro y sabido gracias a múltiples relatos de la mitología griega que éste fue instruido en la música a manos del dios Apolo (su padre y patrón de la música o la poesía) y dedicó todo su esfuerzo a la instrucción de la humanidad en el arte y la medicina, entre otras cosas. Se cuenta que mediante el poder de su música podía mover gigantes rocas e inclusive detener el curso natural de los ríos. De su canto, nos ha sido transmitido que era tan maravilloso, que tan siquiera las bestias salvajes podían escapar a su hechizo. Orfeo, acompañado siempre de su inseparable lira cantaba melodías de propiedades mágicas que podían amansar a las fieras o curar desórdenes en almas enfermas. Era tan poderoso su encanto que podía pasar indemne entre bestias y sirenas. Tras morir su amada Eurídice entonó melodías tan sentidas y tristes que inclusive llegaron a conmover el corazón del dios Hades, divinidad del inframundo de la antigua Grecia.

Ahora bien, a continuación transcribo tan solo dos de las muchas veces que Spinetta se refirió con intensidad a la música y su mágico poder curativo. En una entrevista en el 2003 realizada por Julieta Aíortati, cuando esta le pregunta: ¿Qué es la música?, luego de una bella explicación concluye diciendo que : “ Es cierto que la buena música eleva el espíritu: cuanto mejor escrita esté, más feliz es el alma. Quizá yo pueda ayudar a la gente y curarla con la música. Es una buena meta, pero es un poco utópica.”

En octubre del 2005, en el marco de un festival de rock que se llevó a cabo en Buenos Aires, diez meses después del incendio en República Cromañón, en el cierre, Spinetta pidió «por la música» diciendo: «Espero poder curar con mi música a las víctimas, a todas las víctimas… A pesar de la tragedia”.

En el libro Martropía (pag 113) – año 2006, cuando J. C. Diez le pregunta si para el propio Spinetta su música es terapéutica, no sólo le contesta afirmativamente como un “resultado bienhechor”, sino que llega a considerar que la música es una de las fuentes de la curación, pero que lo que ocurre es que es un arte muy olvidado, vinculándola a las medicinas alternativas usadas corrientemente en la antigüedad y hoy dejadas de lado.

Luego de lo expuesto entiendo que otra de las aspiraciones del imaginario spinetteano fue el de trascender lo meramente estético y alcanzar cierta condición musicoterapéutica, tan cara a la bienhechoreidad de la tradición órfica. Recordemos además, para fortalecer este vínculo lo trasmitido por Esquilo, quien sostuvo que Orfeo como devoto adorador de Apolo (dios solar), lo primero que hacia cada mañana era subir al monte Pangeo y saludar al sol. Algo análogo a lo que el propio Spinetta, denodadamente, supo hacer con lo lumínico en su obra (“suban a los techos ya llega la aurora”). Luz y cura como mágico poder de la música, consonancia de Spinetta con Orfeo, para con otra anhelante obsesión.

 

Daniel Oronó. Docente de literatura, artista plástico (ilustró más de 30 gráficas para «Viajeroinmovilrecord » entre los que se cuenta Litto Nebbia).Trabajó con Elsa Bornemann musicalizando sus versos infantiles. Publicó libros de poesía y el ensayo Spinetta : anhelo de una lirica. Ha brindado talleres literarios y charlas sobre la letristica de Spinetta.-