Mecanismo de Relojería es la última novela de Gabriela Urrutibehety quien, en el marco de la XIV Feria del Libro de Chascomús, relató cómo construyó esta historia, en la que el título alude tanto a un objeto de importancia para la trama como a la manera en que buscó armarla.
“La novela trata de engarzar varias historias”, dijo la autora. La primera de ellas “se remonta al s II aC, y su protagonista es una máquina, que presumiblemente puede ser considerada la primera computadora”, cuyos restos fueron hallados en un naufragio frente a la isla griega de Antiquitera.
Para Urrutibehety, “lo maravilloso del mecanismo de Antiquitera es que lo único que apareció fue una rueda y restos de engranaje. A partir de esos fragmentos se empezó a reconstruir este mecanismo que podía predecir eclipses, fases de la luna, posición de los astros, ciclos solares” entre otra información astronómica de vital importancia en la época.
Pero Urrutibehety va en otra dirección: “más allá de que el mecanismo es un protagonista dentro de la novela, es una especie de cifra de lo que puede ser la literatura: a partir de pequeños restos poder reconstruir una historia.”
Por eso dice que “con esta premisa empecé a armar una novela que fuera como este mecanismo: pequeños engranajes, distintos tiempos y distintos personajes que una vez que se engranaran pudieran contar una historia”. Esta historia, sin embargo, “se cuenta más en lo que no se dice que en lo que dice, porque la verdadera historia sería de los que pudieran ir poniendo en contacto engranaje con engranaje, rueda con rueda, dar la cuerda necesaria y permitir que cada lector pueda armar su mecanismo de relojería”.
Todo transcurre “en un pueblo costero ficticio, San Augusto, en invierno cuando ya no hay turistas” Allí “se empieza a tejer una trama que tiene algo de crimen, algo de corrupción, algo de misterio pero que constituye en el fondo una historia de amor”.
En el video, Gabriela Urrutibehety termina leyendo un fragmento de Mecanismo de Antiquitera