En el marco de la XIV Feria del Libro de Chascomús, Federico Jeanmaire presentó su novela Werra, publicada inicialmente por Anagrama. En diálogo con Norma Luayza, contó diferentes aspectos de la construcción de esta obra que, señaló, “escribir este libro fue una aventura, habitualmente no trabajo lo implícito. En este caso no, y tuve que investigar cosa que jamás hice.”
Concebido durante una estancia en la ciudad francesa de Saint Nazaire durante una residencia para escritores, tuvo como germen el acercamiento a una batalla ocurrida en ese sitio durante la Segunda Guerra Mundial. Y, paralelamente, se suma a la decisión de “exhibir la producción del libro a medida que se cuenta la historia.
“Por lo general me gusta escribir de lo que no sé y de la guerra sabía poco”, dijo, al tiempo que precisó que “entré a este libro como entro a muchos de mis libros: preguntándome cosas. La literatura es un lugar ideal para preguntar cosas, no para responder.”
Y una de las frases que surgió como de las más significativas del libro fue la sentencia de que “las guerras son una mierda encantadora”.
“Si le preguntás a las personas todos dicen que la guerra es algo horrible pero consumen películas de guerra, les gustan los héroes que matan a otros por una causa noble, que hacen que las representaciones de la guerra inventen valores y virtudes que en la realidad no existen”, indicó. “Por ejemplo, todos los ejércitos van drogados a la guerra desde los persas y los griegos. En esta batalla los británicos tomaban anfetaminas con ron, se la dan los oficiales y eso son cosas que no se dicen. Entender eso es como desmontar la idea de que el varón si no es valiente no es varón” porque “el libro intenta ser una deconstrucción de esa cultura masculina”.
Convencido de que “la guerra tiene mucho de lo colectivo y mucho de lo personal”, dijo que parte de la génesis del libro estuvo en enterarse de “la venta por internet de una medalla que ganó un señor que murió esa noche y que para ganar más libras el rematador pone todo lo que le pasó esa noche y todo es horrible. Preguntarse por la guerra es preguntarse por qué hay gente que va a pagar un montón de libras por esa medalla”.
Obsesionada por las batallas, eligió como título la palabra del alemán antiguo “werra”, que “era el grito con el que los protogermanos atacaban a sus enemigos. Casi todas las lenguas europeas sacan su palabra de ese grito alemán, pero los alemanes no, y utilizan krieg”.
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