Entrevista a Inés Otero “Las Maravillas de mi Mundo”, un maravilloso proyecto colectivo

Entrevista a Inés Otero “Las Maravillas de mi Mundo”, un maravilloso proyecto colectivo

Por Juan Manuel Cuello

Desde Acá se comunicó con la docente rural Inés Otero, su preocupación y admiración por el ambiente en el que vivimos la llevó a realizar diferentes proyectos educativos vinculados a la temática ambiental. “Conocer para querer” es uno de ellos, y el libro “Maravillas de mi Mundo”, uno de sus frutos. Paula Ferrante e Igancio Ewert, integrantes de la “Escuelita Ambulante”, le propusieron a Inés plasmar parte de su trabajo en la Escuela Nº 38 “Paula Albarracín de Sarmiento” del paraje Los Cerrillos de Chascomús, y ella abrió la convocatoria a otras escuelas rurales de la zona, obteniendo como resultado un libro maravilloso y que merece ser reeditado.

 

Inés, ¿no podés contar cómo fue qué surgió este proyecto que devino en el libro “Maravillas de mi Mundo”?

El proyecto del libro grupal surge por una propuesta que nos acercan Paula y Nacho de la “Escuelita ambulante”. Ellos ya habían realizado otros libros similares en otros distritos y esta vez eligieron a Chascomús. Luego de interiorizarnos sobre su proyecto del libro “Las maravillas de mi mundo” nos encantó y comenzamos a trabajar juntos, la idea era muy linda y abrimos la invitación a otras escuelas que desearan sumarse y enriquecerlo. Así fue como ese año, en 2014, trabajamos articuladamente con la Escuelita Ambulante, alumnos y docentes de las escuelas N°4, 7, 8, 13, 14, 15, 16, 19, 25, 26, 27, 31, 34, 38, 41, 47, 50, fundamentalmente en el área de Prácticas del Lenguaje. Si bien nuestra escuela ya veníamos desde el 2009 trabajando en el marco de la educación ambiental en otro proyecto sobre aves al que denominamos “Conocer para querer”, esta vez fue “la Escuelita Ambulante” quien nos eligió para el proyecto del libro grupal.

¿Cómo fue el proceso de elaboración? Porque con tanta información y tantos “autores” debe ser una tarea intensa, darle forma, seleccionar qué sí y qué no.

El proceso de elaboración fue muy arduo y a la vez gratificante. En ese momento no estábamos tan familiarizados con la tecnología por lo que se hacía más difícil. Una vez que tuvimos definidas las escuelas que iban a participar nos ocupamos en investigar, escribir e ilustrar. Cada niña y niño elegía la especie de ave que le gustaba –principalmente especies que ellos conocían de su entorno-, las familias colaboraban mucho. Luego, la Escuelita Ambulante se encargaba de retirar las producciones, Paula escaneaba los dibujos y los devolvía a las escuelas, ella transcribió cada una de las informaciones que los alumnos aportaban porque muchas estaban en manuscrita. La tarea de diseño del libro y las tapas también fueron realizadas por ellos dedicando su tiempo, amor y con un respeto admirable por el proyecto y por cada participante. Paula además es ceramista y les dedicó un taller donde los chicos decoraron sus artesanías con imágenes de aves y animales imitando a las producciones nuestros pueblos originarios. Al libro se anexaron poesías, canciones, leyendas revalorizando la diversidad cultural tradicional en torno a las aves. Se aprendió muchísimo.

¿Cómo, cuándo y dónde presentaron el libro?

La presentación del libro y cierre del proyecto se realizó en la sede de MARCHA, en el año 2014 y en el mes de octubre que es el mes del ave nacional, el hornero, y cada institución contribuyó con un número artístico, integrando las artes plásticas, música y bailes folclóricos. Realmente fue una fiesta. Nos acompañaron desde la inspectora, estudiantes y docentes y también las familias. Finalmente sentimos una gran satisfacción y emoción cuando por unanimidad el Concejo Deliberante declaró ese mismo año al libro “Las Maravillas de mi Mundo” de Interés Cultural y Educativo para Chascomús (Ordenanza N°4809/2014). Sobre todo por el reconocimiento al trabajo grupal, los logros no son individuales porque aquí cada uno de los aportes, de los dibujos, de las ideas, hicieron al fruto final.

 

¿Qué significó para vos plasmar tantas experiencias recogidas durante años como docente rural?

La tarea de docente rural es hermosa. En lo personal, después de más de 24 años de trabajo las experiencias recogidas son inmensas… año a año vamos aprendiendo, seguimos formándonos como profesionales. Esta experiencia de participar y comprometerme con el proyecto del libro grupal fue muy valiosa. Implicó traspasar las paredes del aula para trascender juntos, de la mano de otros…. No es lo mismo escribir para el cuaderno que hacerlo con la intención de un libro. Aquí el trabajo fue desarrollado por los propios niños y hoy se puede seguir hojeando para aprender, para recordar o revivir momentos.

 

¿Y para los chicos que creés que significó?

Los chicos lo vivieron con alegría, podían poner sus conocimientos, sus observaciones y sus dibujitos tan personales. Y cuando llegó el día de recibir cada uno su libro fue hermoso. Creo que fue una experiencia inolvidable.

 

¿Querés contarnos alguna anécdota?

Anécdotas hay muchísimas… Desde lo pedagógico puedo decirte que al trabajar en estos proyectos en pluriaño, significa aprender desde intereses y vivencias muy ricas y diversas, con estudiantes de edades diferentes. No olvido la expresión de asombro cuando a un niño pude leerle cómo una ratonera hacia nido en el bolsillo de un espantapájaros de la huerta y desde allí obtenía bichitos para los pichones, y luego pasó al pizarrón a escribir solito el nombre del ave. O cuando un estudiante logró con mucha satisfacción dibujar la casita del hornero y contarnos lo que sabía sobre ellos, o cuando otro compañerito que casi no podía agarrar el lápiz dibujó esa “chigueña” que veía en el campo. Compartimos relatos sobre la familia de teros con pichoncitos que habían observado en el camino a la escuela. Algunos averiguaban sobre el origen de las aves primitivas y otros se interesaban por conocer acerca de las golondrinas y las adaptaciones de las especies migratorias. Escuchaban, disfrutaban y seleccionaban las poesías y leyendas más emotivas sobre aves y terminaban recitándolas de

memoria. Son aprendizajes que perduran y trascienden, que nos ayudan a valorar y reconocernos parte de este curioso mundo… “Conocer para querer”.

 

Sé que sólo se hicieron unos pocos ejemplares, ¿te gustaría que se hiciera una nueva edición del libro?

Respecto al libro, esa fue la única edición que se pudo hacer en Chascomús y con un número muy limitado, sólo para las escuelas que participamos y se donó un ejemplar a la Biblioteca Rural Ambulante. Ojalá se pudieran editar más, con nuevos estudiantes y temáticas. Sería interesante contar con el apoyo del municipio o de educación. La reciente Ley de Educación Integral Ambiental puede favorecer en estas propuestas incentivando con concursos o impulsando a nuevos proyectos grupales como fue en este caso.